lunes, 29 de junio de 2009

Proyecto Sur junto a vecinos de Balvanera, sábado 17 de mayo.

“Nosotros apuntamos a mucho más que a ‘Pino presidente’”
Por Ana Casarini

Proyecto Sur es un partido joven con ideales viejos, esos que comparten todos los argentinos y que los gobiernos democráticos no han sabido conseguir. Para dar a conocer “de qué se trata” este Proyecto realizan reuniones abiertas una vez por semana en Balvanera.

El sábado 17 de mayo, a la hora del mate, se congregó un grupo de 36 vecinos en un edificio de dos pisos destinado a actividades culturales, para “saber más” y para “ayudar”. Así lo manifestaron diversas voces provenientes de caras amables, deseosas de una ilusión y, sobre todo, con un fuerte deseo de querer ayudar al país.
Los jóvenes coordinadores del partido “Proyecto Sur” liderado por el cineasta Pino Solanas (ausente por razones de agenda), colocaron a los vecinos en una didáctica ronda. Así, con una comunicación cara-a-cara sería más eficaz la transmisión bilateral de propuestas, conocimientos y empatías.

Mientras el mate viajaba de una mano a otra, uno de los coordinadores explicaba la finalidad de Proyecto Sur: “Yo también creí en el sueño kichnerista —contaba haciendo gestos poco retóricos de manos y brazos—, me gustaba escucharlo hablar de un tren para todos, la re-estatización de empresas privadas o del fin de la deuda externa. Yo lo voté. Quería un país mejor. Todavía lo quiero. Pero me di cuenta de que él sólo es más de lo mismo y no cambió las cosas, todas fueron promesas de campaña”, aseveró con una voz llena emoción.


Por falta de presupuesto, el eje de la publicidad del partido se centra en los documentales de Pino Solanas, que tiene varias décadas de trayectoria, por lo que se sobreentendió que todos los concurrentes habían visto al menos uno de ellos. Casi se podría decir que ese era el único requisito para entender la motivación que abrigaba a todas las personas allí reunidas.“Yo vine porque ayer me pasé toda la tarde viendo dos documentales —contaba eufórico un estudiante universitario sentado en el suelo —. Terminé muy mal pero entendí todo. Y pensé que había dos caminos: me suicidaba o venía para ayudar a cambiar las cosas.” Para ellos las cosas están bien claras. “Vos ves un documental de Pino y es imposible no estar de acuerdo con lo que dice”, reflexionó una señora. Dos mininos (uno blanco y otro negro, como el ying y el yang) paseaban orondos entre las piernas de los reunidos, asemejando espíritus conciliadores que caminaban al ritmo de la armonía que se respiraba allí, acompasando las conversaciones con el movimiento de sus partes traseras.

Sólo quedaba una aclaración pendiente. Una pregunta asomaba por pares de ojos provenientes de aquellos vecinos con más experiencia, contemporáneos de Pino, nadadores entrenados en un océano de crisis. Ellos habían dado un paso más en sus razonamientos y querían asegurarse.La respuesta la dio una voz gruesa y segura surgida desde el final de una escalera en la que nadie se había fijado.“Nosotros apuntamos a mucho más que ‘Pino presidente’ —exclamó —. Tenemos muy en claro que Pino no es eterno y que él sólo tampoco está ciento por ciento preparado para resolver todos los problemas simplemente porque no puede saberlo todo, porque tiene sus defectos y puntos de vista personales, como cualquiera. Por eso, en el partido estamos formando grupos especializados donde cada uno estudia algo específico con detenimiento. Nos esforzamos por estar absolutamente informados de todo. Por ejemplo, las minas, la ecología, los trenes, el agua, las viviendas, el comercio externo, el campo.
Todavía falta abarcar muchos temas porque primero, PS nació hace sólo un año y medio; segundo, porque nos falta gente. El apoyo que ustedes puedan darnos es fundamental para seguir creciendo.”Por eso los miembros del Proyecto Sur se definen como “pluralistas” que, pese a admitir sus diferencias con otros grupos de izquierda, aspiran a una conciliación. De hecho, en el documento que sintetiza el programa fundamental del proyecto, se explica que:“Hacemos un llamamiento a una nueva gesta de unidad, a una patriada nacional,a reencontrarnos en un nuevo espacio político y cultural que nos permita comprendernosy unificar luchas e ideas para enfrentar éstas y otras grandes tareas.Convocamos a todos los que quieren cambiar esta Argentina saqueaday esta seudo democracia para reemplazarla por una Argentina justa y latinoamericanistacon pleno protagonismo popular”.“El problema que siempre encontramos es el de las traiciones internas —confesó el coordinador—. Por eso es tan importante que el partido sea visto como algo más que Pino Solanas. No queremos depender de ningún nombre, queremos que la gente nos vea como un proyecto de país alternativo y posible a realizarse por muchas personas”.
La reunión estaba programada para durar dos horas, pero acabó a las 20:30. Afuera estaba oscuro, dominaba el silencio y hacía frío.“Por favor —aún se escuchaba decir al coordinador—, los que quieran pueden ayudarnos a organizar grupos para pasar los documentales, estamos tratando que los vea la mayor cantidad posible de gente. Es importante que los argentinos sepan de qué se trata”.

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